Por Luis Hernando Moreno
Radamel Falcao García y James Rodríguez celebran la clasificación al mundial de Futbol Brasil 2014.
Fueron noventa minutos de sufrimiento para los aficionados colombianos al fútbol, pero se vieron compensados con un empate brillante, valiente, merecido y vibrante para asegurar en el gramado del estadio metropolitano de Barranquilla, la clasificación directa al mundial que se jugará dentro de ocho meses en el Brasil. Nos gusta tanto el fútbol, y no queríamos que fuera con la ayuda de Ecuador, al derrotar a Uruguay, que nos diera una manita para clasificar, aún perdiendo con la selección de Chile. Por eso, con el 3 x 3, nos llenamos de una alegría inmensa, que demostramos en todo el país, con pólvora, marchas, desfiles y cánticos.
Nunca habíamos visto tanta expectativa por un partido de fútbol, como este jugado el 11 de octubre entre Colombia y Chile. Prácticamente, el equipo estaba clasificado antes de jugar el pasado 11. Porque después de tres campeonatos con la ausencia de nuestra selección, se logró conformar un equipo, que en la era de José Pékerman, ha demostrado calidad, y de una manera autosuficiente, fue sumando los puntos y muchos goles a favor, para no terminar rogando, haciendo cuentas y esperando que otras selecciones perdieran para nosotros poder llegar, como sucedió en eliminatorias anteriores. Para esta eliminatoria, tenemos un buen equipo que no necesitó de esperar resultados en otros países.
Pero la televisión, la radio y prensa escrita, nunca lo manifestaron de esa manera, sino que la echó todita para entusiasmar al país deportivo. Por eso siempre pedimos actitud positiva, ayuda mental a los jugadores y mucho entusiasmo.
Por encima de las cuentas matemáticas, queríamos ganar, para no perder la posición que nuestra selección tiene en el ranking mundial de la FIFA.
Ocupando un lugar entre los siete primeros, podemos ser cabeza de grupo cuando se haga el sorteo para iniciar el tan nombrado Brasil 2014.
Queríamos ganar, pero siendo positivos; después de un desastroso primer tiempo con marcador de 0 x 3, el equipo jugó 45 minutos finales excelentes, y al terminar el tiempo reglamentario con empate a tres goles, lo consideramos un triunfo.
Se lo debemos en primer lugar a los cambios, al buen juego del equipo, y a la actitud positiva del pueblo colombiano que no se desesperó, sino que continuó haciendo fuerza por los goles.
Aficionados malagueños presentes en el estadio Barranquillero, fueron testigos de ese apoyo permanente durante los 90 minutos. El público no desfalleció en ningún momento y se convirtió en el jugador número doce para esta actuación final que fue una verdadera hazaña. El técnico debe tener muy en cuenta la alineación del segundo tiempo para cuando llegue el mundial. No pensemos en Paraguay. Trabajemos desde ya para Brasil, porque clasificamos aún faltando un partido.
Bien por Colombia, por el equipo y por el público. Con la ayuda de Dios, nos veremos en Brasil 2014.
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