jueves, 16 de mayo de 2013

RECORDEMOS MOMENTOS AGRADABLES DEL JUEGO DE TEJO

Por Luis Hernando Moreno Tarjeta 685 Acord 

Ahora cuando se habla que en Málaga se jugará el próximo campeonato departamental de este deporte que es originario de Colombia, vale la pena recordar los buenos momentos vividos jugando tejo y mini tejo. 

Recientemente, la liga Santandereana de tejo expidió la resolución 005 del 2013, mediante la cual asignó a esta ciudad, sede del campeonato del presente año. Por ser muy extensa, nos limitamos a transcribir la parte concreta que dice: 

RESUELVE: Artículo 1º. Sede y fecha: El campeonato se realizará en las instalaciones de las canchas del club deportivo Leo, localizadas en el municipio de Málaga; auspiciado por la alcaldía municipal, durante los días: sábado 8, domingo 9 y lunes 10 de junio de 2013.

Volviendo a nuestro comentario, señalamos que el evento está avalado por el club Leo y la liga santandereana. La Premiación, que está fijada en la misma resolución, corre por cuenta de la alcaldía municipal de Málaga.  

No fue fácil conseguir la sede. Lo primero, era contar con un club de tejo, que  tuviera todas las normas establecidas conforme a la ley 181, y con su respectiva personería jurídica. Esa primera parte fue adelantada por Mario Hernández, Pedro Flórez y Edwin González, en la elaboración de estatutos y demás documentos requeridos para que el club Leo fuera reconocido por la liga. Las gestiones para obtener la sede fueron adelantadas por Pedro Flórez y el concejal Mauricio Parra. El punto clave estuvo en el hecho de que Pedro Flórez pertenece a la junta directiva de la liga Santandereana de tejo, y se cuenta con el aval de la alcaldía.

En Santander, todos sus habitantes conocemos el tejo y mini tejo. La gran mayoría lo hemos practicado por distracción, como pasatiempo, o en campeonatos.

Sin embargo, no está por demás recordar la historia de este deporte, desde cuando se inventó, y por qué no, con anécdotas de tiempos idos acá en Málaga.

En primer lugar, recordamos que este jueguito agradable fue inventado por los indígenas muiscas, habitantes de la región conocida hoy como los departamentos de Cundinamarca y Boyacá, antes del descubrimiento de América. El nombre de Turmequé con el que fue bautizado, se debe al sitio donde  se jugó primero. El metal que utilizaban para hacer los tejos, era el oro.

En un comienzo, era una simple diversión, en la cual los campesinos disfrutaban las tardes de descanso. Con el correr de los años se fue modernizando, con la adopción de los reglamentos, para convertirlo en un deporte competitivo.


Desde hace muchos años se juegan campeonatos entre clubes, municipios y departamentos. A partir de 1996 forma parte de los juegos atléticos nacionales, organizados por Col deportes, y otorga medallas a los ganadores, con el mismo valor de quienes ganan en el fútbol, basquetbol, ciclismo y demás disciplinas.  

Ya se había dado participación a las mujeres, incluso las actuales campeonas, en juegos nacionales, son santandereanas, con Ivonne Adriana Esparza como capitana, y a la vez destacada como la mejor deportista de Santander 2012.

El tejo ya es internacional, lo han adoptado varios países de Suramérica y Europa.

Todo este avance motivó al congreso de la República, en el año 2000, a declarar el Turmequé, versión moderna, como deporte nacional de Colombia. Incluso tiene su día especial, el 4 de septiembre, e himno propio, para rendirle homenaje.

No disponemos del espacio suficiente, pero por lo menos incluimos el coro cuyo texto es el siguiente:

Orgullosos cantemos al tejo, disciplina y deporte nacional, de esperanza y de fe en nuestra raza, es riqueza de nuestra nación.

Si nos referimos a la trayectoria del tejo en Málaga, tenemos que decir que no hay una historia escrita; de pronto lo que recordamos, quienes de una u otra manera lo hemos practicado, participado en campeonatos, comités y juntas organizadoras.

En diálogos amenos con Jesús Jaimes Vargas, Abelardo Llanes, Diego Fiallo y quien redacta este comentario, intentamos presentar a nuestros lectores lo que está en nuestras memorias. Nos gustaría que otros aficionados nos colaboraran.

Resulta que cuando un equipo de Málaga iba a jugar en Bucaramanga, cualquier trampa nos hacían para que no llegáramos a las finales de los campeonatos.

Iniciamos el relato, en la época del señor Gorgonio Vargas, quien tenía dos canchas en el solar de su  casa, para sus entrenamientos. Él siempre calzaba con alpargatas y el primer día de campeonato que jugó en la capital, don Gorgonio quemó bastantes mechas. Buscaron la manera de impedirle ese buen juego y lo obligaron a comprar y ponerse zapatos. Eso lo mermó tanto que para la final no pudo jugar bien por el maltrato en sus pies.  

A don Arturo Moreno, quien formaba parte de selecciones, lo llamaban "la girigüiza", por usar un tejo pequeñito. A Henry Moreno lo apodaron "ganchareto". Luis Enrique Blanco, "la aplanadora". A Daniel Jaimes lo conocían como el maestro "guanábana". Eusebio Gómez con su apodo "Charol". Jesús Jaimes Güechá y Víctor Manuel Zapata, completaron por esa época la nómina de jugadores en torneos departamentales.

Ellos, además de ser jugadores muy destacados en eventos que se jugaban en Bucaramanga, también eran integrantes del comité municipal de tejo, organizadores de campeonatos, instructores de árbitros y todo lo que tenía que ver con el tejo.

Hay muchos jugadores por mencionar: Eusebio Mesa Moreno, Libardo González, los Jurado, con don Benito, su padre a la cabeza. De las generaciones actuales, destacamos a Abelardo Llanes, Guillermo Suárez, Carlos Martínez, Germán González, Ángel Roa, Jorge Silva, Abelardo Arenales y muchos más. Lista extensa y el espacio no  alcanza para incluirlos. También nos ahorramos los apodos. Nos entenderán y perdonarán.  

LA FIEBRE DE JUGAR TEJO: Después de una época, cuando el tejo estuvo en decadencia, he podido apreciar que ha vuelto la fiebre por jugar. Lástima que hay pocas canchas y mínimos campeonatos. Se conservan: la copa bocín de oro, en el campo Leo, con sus 28 torneos. Las seis versiones del campeonato organizado por los hermanos Arenales Sepúlveda. Y los eventos del club del comercio.  

Quizá, el mejor momento para el tejo, comenzó en la década de los años ochenta, cuando el señor Luis Galvis, sin ser malagueño, nos dio la idea de organizar clubes para incentivar este deporte.

Aparecieron: El club García Rovira, donde ahora es el camellón. El club San Jerónimo, frente a la Escuela Normal. El club Marino, donde ahora se juega billar, actualmente la zona rosa. Estos tres clubes tuvieron un excelente comité municipal que les dio  participación a las damas, a los jóvenes y creó las categorías de asenso y primera.  

Años más tarde, cuando se acabaron esos clubes, se fundó el club de la electrificadora, quizá el de mayor trayectoria. Recientemente apareció el club Leo, autor este año de la idea de pedir la sede para el departamental. A estos dos clubes les debemos la participación exitosa en muchos eventos de talla nacional.

El club de la ESSA organizó y realizó en la sede de la sub estación, el más reciente campeonato departamental jugado en Málaga en 1998. En esa oportunidad, los directivos de la liga escogieron al malagueño Abelardo Arenales, para que integrara la selección Santander en el campeonato nacional de ese año en Villavicencio. Le fue bien, pero el departamento apenas llegó a semifinales.

En el año 2002, la ESSA volvió a participar en el departamental jugado en el Socorro, allí fueron sub campeones, y el jugador más distinguido fue Diego Fiallo, también seleccionado para el nacional. No pudo asistir, pero en cambio estuvo representando a Santander en  torneos internacionales.

Quizá lo más destacado del tejo malagueño, fue en diciembre 2009 cuando en Fusagasugá, Fushis y Gogui, ganaron la medalla de bronce, al ocupar el tercer lugar en el campeonato nacional de juntas comunales. 

NO FALTA LA TRAMPA PARA ESCOGER SELECCIONES: Podemos asegurar que la razón para que nuestro departamento esté en un segundo plano, se debe al centralismo que impera en Bucaramanga. Hace varios años convocaron a Miguel Jurado y Abelardo Llanes a la eliminatoria, para escoger la selección a un nacional, cuando los malagueños encabezaban la puntuación,  un miembro de la liga les brindó una gaseosa, pero ellos se dieron cuenta que contenía aguardiente y no se la tomaron toda. Acto seguido, otro miembro de la liga pasó revisando esos refrescos y encontró las que tenían licor. Como estaba prohibido, expulsaron a Jurado y Llanes. De nada sirvió que explicaran quien de la liga les había brindado, y además, no la habían ingerido toda. Ya tenían los cupos. Los expulsaron sin contemplaciones. Fue una actitud deshonesta de la liga.   

Tenemos razones de sobra para demostrar el centralismo de la liga de tejo.

NO PODÍA FALTAR LA ANÉCDOTA: No hace muchos años, en San Rosa de Viterbo, se jugó un campeonato muy tradicional en Boyacá. Málaga participó con los jugadores Abelardo Llanes, Carlos Sepúlveda, Libardo Bohórquez y Orlando Flórez. Boyacá tenía un equipo favorito que no había perdido nunca y llegó a la final contra Málaga. Estaban seguros de ser campeones y contrataron orquesta para hacer la fiesta de clausura. Pero, Málaga ganó la final por 21 – 19.

De ira, los organizadores despacharon la orquesta, antes de tocar la primera pieza musical. Málaga les ganó el campeonato y les dañó la fiesta.

Hay más anécdotas y muchos detalles agradables para contar. Lo cierto es que el tejo, más que deporte es una terapia. Y no nos despedimos sin decirles que tenemos la ilusión con el próximo departamental, porque otra vez hay fiebre de tejo y buenos jugadores en Málaga.